miércoles, 5 de marzo de 2008

Segunda parada: Azul Profundo

Del Azul Profundo había escuchado mucho y muy bueno, pero nunca había ido. Debe ser porque no soy muy fanático de la comida marina, o sea, pescados como, pero mariscos no mucho. En fin, ésta fue la oportunidad de conocerlo, ya que los amigos brasileños adoran los pescados y mariscos chilenos.


Cuento corto: el Azul Profundo se ganó todo mi respeto. No hubo aperitivo, fuimos directo al vino, un Chardonnay de Montes que se llevó muchos aplausos... las dos botellas. La primera acompañó unas machas a la parmesana que estaban mundiales, no recuerdo haber comido otras tan ricas. La otra mitad de la obertura fue un carpaccio de salmón que también estaba delicioso, pero si tengo que elegir, me quedo con las machas a la parmesana.


La segunda botella vino acompañada por una excelente recomendación del garzón. En vez de pedir un plato cada uno, nos sugirió pedir una tabla marina y una plancha de pescados (aunque no recuerdo los nombres exactos que tenían en la carta). La tabla marina era casi puro mariscos, así que yo apenas probé unos camarones, pero según los otros comensales estaba fantástica.

Yo me concentré en la plancha de pescados, que contenía 4 cortes: tiburón, tilapia, salmón y reineta, todos sobre una capa de papas al vapor con crema de espinacas. Wow. La combinación de sabores era precisa y el tamaño de los cortes permitió que todos probáramos de todo. Se notó que los pescados eran de primera calidad y la preparación, sencilla, pero en el punto preciso.

Para terminar, en los postres me equivoqué. Yo pedí uno que se llama Muñeca Brava, bien cargado al chocolate como es mi costumbre, y estaba normal, no malo pero tampoco especialmente rico. El premio se lo llevó el helado de mote con huesillo, simplemente genial! Me arrepiento de no haberlo pedido y si vuelvo al Azul Profundo, con seguridad ese será mi postre.

Para los que no lo conozcan, el Azul Profundo está en Bellavista, en la calle Constitución.

No hay comentarios.: