lunes, 27 de abril de 2009

Bella Italia Café & Bar (Buenos Aires)

Este restaurant lo habíamos conocido cuando fuimos el 2005 y nos gustó tanto esa vez que ahora quisimos repetirnos el plato... y no nos equivocamos.

En aquella ocasión nos llevó nuestra amiga Sophie, que en esa época vivía en Buenos Aires, en su rico departamento de Palermo a sólo un par de cuadras del Bella Italia, pero que ahora vive en Paris, a unos cuantos miles de kilómetros, así que obviamente le mandamos esta misma foto para recordar esos viejos tiempos.

Y cuatro años después el restaurant sigue siendo una maravilla de la comida italiana. Bueno, conviene decir que la comida italiana en Buenos Aires en general es una apuesta bastante segura, pero Bella Italia destaca sobre el resto, y lo digo con seguridad porque comimos también en varios otros restaurantes. Vale la pena decir también que hay tres locales de Bella Italia, éste al que fuimos nosotros es Bella Italia Café & Bar (pero que igual funciona como restaurant con horarios más extendidos), a una cuadra está el Ristorante Bella Italia, ambos en el barrio de Palermo, y en Belgrano hay otro Café & Bar.

Llegamos como a las 2 de la tarde de un día domingo y estaba lleno. El restaurant a una cuadra estaba cerrado. Habían varias familias esperando, pero tuvimos la suerte de que había una mesa para dos personas libre. Lo rico comenzó de inmediato con la típica panera, de la que nos llamaron la atención unos pancitos tipo galleta con sésamo, que estaban deliciosos. Para acompañar pedí una cerveza artesanal que me ofrecieron, que en realidad fue el punto bajo del almuerzo, porque era un poco dulce y a mi ésas no me gustan mucho. Para colmo después me enteré del precio y fue casi lo más caro de todo el almuerzo.

De plato de fondo, yo pedí los ñoquis y mi mujer pidió una entrada, un carpaccio de res, que estaba acompañado con rúcula, muy bien preparado y sabía muy bien. Los ñoquis estaban supremos. Sin temor a equivocarme, puedo decir que son los mejores ñoquis que he comido. La pasta fresca, la salsa deliciosa y el gratín en el punto perfecto. Como será que Claudia los probó y le gustaron, pero a ella no le gustan los ñoquis!

Para terminar, pedimos un postre tibio de chocolate, que es como un quequito con forma de muffin, pero con masa de brownie y hueco, relleno con tibia salsa de chocolate. Yo pedí que lo acompañaran con una bolita de helado de vainilla (sí, me la cobraron como un adicional) y quedó perfecto. Junto con el postre, dos cafés lágrima.

Los cafés me hacen recordar la conversación que tuvimos con un amigo español en el verano. El decía que en Chile le ha sido imposible conseguir que le preparen un café lágrima como corresponde y que siempre le traen algo que termina decepcionándolo. Uno que vive acá está acostumbrado -pero no por eso satisfecho- a la preparación errática de los cafés expresos o cortados y a su frecuente aroma o sabor a quemado (¿no le hacen mantención a las máquinas?). Pues bien, en Argentina preparan un café lágrima como debe ser, como lo quería mi amigo español y como me encantaría encontrarlo en Santiago. En fin, supongo que esto refuerza las ganas que tengo de algún día ser dueño de mi propio cafecito.

Pero volviendo a Bella Italia, es un imperdible estando en Buenos Aires. En Palermo están en la calle República Arabe Siria a la altura del 3300 y la página web es www.bellaitalia-gourmet.com.ar/

Y lo de gourmet de la dirección web es con todo derecho.

miércoles, 22 de abril de 2009

Fin de semana largo en Buenos Aires

Buenos Aires es una maravilla. Sobre todo en un fin de semana cualquiera (justo después de Semana Santa) cuando no está lleno de turistas chilenos y se puede disfrutar tranquilamente de todo lo lindo y entretenido que tiene la ciudad.

Fueron cuatro días de caminatas, obras de teatro, restoranes, descanso, desconexión e incluso un poco de shopping: una maravilla.

Esta fue mi tercera vez en Buenos Aires, pero no por eso tuve menos panoramas y rincones que conocer, porque en realidad la ciudad es lo suficientemente grande para tres fines de semana y muchos más.

Caminar por Florida ya es toda una aventura. Entre la multitud de argentinos, brasileños, chilenos y también gringos y europeos, más las decenas de vendedores que salen de las tiendas para ofrecerte cuanta fábrica de cueros, sweaters, zapatos y casas de cambio hay por ahí. Por suerte Florida es un paseo peatonal, porque en todas las otras calles las veredas son bastante estrechas, haciendo que el centro en general sea un poco hostil con el peatón. Pero si uno anda de shopping ahí encuentra de todo, incluso algunas tiendas más pitucas dentro de las Galerías Pacífico. Lamentablemente los precios no nos acompañan, porque en general Buenos Aires está caro o, en el mejor de los casos, igual que en Santiago, salvo por los libros, cd's, taxis y restaurantes, que siguen siendo bastante más baratos.

Los parques de Buenos Aires también son una maravilla. Enormes, verdes e interminables, entre Recoleta y Palermo. Para caminarlos una y otra vez o para recorrerlos en bicicleta (que no encontramos para arrendar) al sol en los espacios abiertos o a la sombra entre los árboles, según el gusto del paseante. Esta vez no entramos al Jardín Japones o al parque de las rosas, pero para quien no los conoce bien vale la pena recorrerlos en alguna ocasión. Sí cruzamos el Jardín Botánico, donde la mayor sorpresa fue la tremenda cantidad de gatos que rondaba. La explicación? La gente les da de comer y por eso se quedan y viven y se reproducen ahí... y ya no los saca nadie. Lindo, pero no imperdible.

La comida en Buenos Aires también es un siete. Nos equivocamos dos veces, cuando quisimos almorzar en una cafetería que ofrecía platos algo sofisticados y en un restobar de Puerto Madero. Claramente la cafetería era para café con medialunas y el restobar era para traguitos y picoteo, pero las otras comidas estuvieron "divinas" como dirían los mismos porteños, aunque vale la pena decir que todas ellas consistieron de algún tipo de pastas o pizza, claramente las especialidades de la ciudad. La otra especialidad, las carnes, en este viaje no formaron parte del menú. Restaurantes como "Bella Italia" (Palermo) son imperdibles y otros como "Sottovoce" (Retiro) merecen de todas maneras ser probados. También pasamos por "Francesca" (Galerías Pacífico) y "Il Gatto" (Corrientes), más masivos, pero no por ello menos sabrosos.


El barrio La Boca fue una de las novedades de este viaje. No lo conocíamos ni mi mujer ni yo. Así que nos aventuramos caminando desde Puerto Madero hasta Caminito, en un paseo que puede resultar bastante feo sobre todo en los alrededores de La Bombonera. Al final, el sector de Caminito, que es la atracción del barrio, tampoco es una gran maravilla, pero es simpático ver las casas con sus fachadas de colores, con sus terrazas y hasta la calle abarrotadas de mesas para que los transeúntes paren a tomar un trago, comer algo y miren a las varias parejas que bailan tango en alguna de las tarimas que han habilitado. Los más osados pueden tomarse fotos con los bailarines en poses de tango y los aun más atrevidos pueden incluso arriesgarse a mostrar el bailarín que llevan dentro.

Y no puedo dejar de mencionar los espectáculos que se exhiben todos los días. Incontables! Y llenos incluso en noche de domingo. Fuimos a ver dos, muy distintos, pero cada uno excelente en su propio estilo. "Baraka" es un drama de cuatro viejos amigos que se reencuentran, cada uno con su problemática específica en este momento, pero que logran mezclar con momentos de intenso humor, todo gracias a las soberbias actuaciones de los 4 protagonistas. Mención más que honrosa para la invitada especial, una bailarina rusa que tres de los amigos contratan para que le haga un striptease al otro, que está de cumpleaños.

La otra obra se llama "Arráncame la risa" y es un show tipo revista, con humor, monólogos, sketches, cantantes y vedettes. El hilo conductor del show lo lleva el humorista Nito Artaza que, como es costumbre, aprovecha de reirse de todas las barbaridades que están sufriendo sus compatriotas. En el humor lo acompaña Gladis Florimonte con unos personajes geniales y en el canto, Valeria Lynch y Chico Novarro, desconocidos para mi, pero aparentemente de tremenda trayectoria en Argentina. Así lo demostraron los aplausos y el simple hecho de que cantaron fantástico. En el baile estuvieron Flavio Mendoza con su ballet (unas bailarinas estupendas y no sólo por lo bien que bailaban) y como vedette, Pamela David, a quien nominé oficialmente como mi argentina favorita. Ella también participa en un par de sketches y hace una imitación bien divertida de la Bolocco, divertida por el sketch en sí y por lo divertido que resultó para nosotros escucharla imitando el acento chileno, cachai?

Buenos Aires hay para rato.