martes, 22 de julio de 2008

Miguel Torres | Vinos & Tapas

Se cuenta que el gran rey español Alfonso X, "El Sabio", enfermó gravemente y debió ser alimentado con pequeños bocados de comida, acompañados de sorbos de vino.

Para ello, sus cocineros desarrollaron unos "pequeños platos", bocados sofisticados de cuidada elaboración.

Una vez repuesto, ordenó que ningún mesón de Castilla ofreciera vino sin comida, originando así la estrecha relación entre mosto y gastronomía, tapas y vinos.

Así describe el restaurant "Miguel Torres | Tapas y Vinos" en su página web la historia del origen de su nombre, restaurant que tuve el placer de conocer anoche, con motivo de la invitación que mi mujer me hizo por mi cumpleaños.

Vamos por partes. Al entrar uno ya puede notar la grata ambientación que tiene el local y la dedicada atención que brinda el personal. Nuestro garzón, a quien apodamos Gerhard por su nacionalidad y marcado acento alemán, estuvo absolutamente sobre el promedio durante toda la cena, destacando por su amabilidad, preocupación y excelentes recomendaciones.

Primera recomendación, el aperitivo. De tres novedosas opciones, elegimos la sangría de la casa, un trago en base a vino, con cointreau, jugo de naranja, piña y un toque de limón (al menos eso nos dijeron, pero algo más debe haber tenido), que estaba sencillamente delicioso. Para complementar el aperitivo, también recomendados por Gerhard, elegimos una tabla para dos (no recuerdo el nombre) que llamaré mixta, porque incluía dos bocados de cada una de sus tablas emblemáticas. También deliciosa, cada uno de los bocaditos.

Para el plato de fondo escogimos un confit de canard y unas costillitas de jabalí. A mi, personalmente, me gustó más el confit de canard (con todos sus acompañamientos), pero el jabalí estaba buenísimo también. Pero lo destacado del plato de fondo fue, en realidad, el vino. Un Miguel Torres, obviamente, de nombre "Cordillera - Reserva Privada". Un ensamblaje de Cariñema (nuevo para mi), Syrah y Merlot, si mal no recuerdo. No soy experto en vinos, pero éste es uno de los mejores que he probado.

Para el postre, finalmente, -y también recomendados por Gerhard- elegimos una terrina de frutos rojos y la pera al Gewurtzraminer, que fueron acompañados por una copa de vino espumante por cortesía de la casa. Todo delicioso, nuevamente.

Resumen: Del 1 al 7, se sacaron un 10 durante toda la velada. Debo reconocer que es uno de los mejores restaurantes al que he ido en el último tiempo, pero por cierto debemos agradecerle a Gerhard por haber colaborado bastante a que así fuera. Tal vez algo que vamos a hacer la próxima vez que vaya, es que no vamos a pedir plato de fondo y nos vamos a concentrar en las tapas, honrando el nombre del restaurant.

A disfrutar Vinos & Tapas entonces!!!

Toda la información de Miguel Torres | Vinos & Tapas en www.mtvinosytapas.cl

domingo, 13 de julio de 2008

Un fin de semana en Gramado


La semana pasada tuve que ir a Brasil por pega, al sur, específicamente a Bento Goncalves, una ciudad a 120 Km de Porto Alegre, en el estado de Rio Grande do Sul, en una zona poblada casi mitad y mitad por colonias italiana y alemana. Bento Goncalves es una ciudad de unos 100 mil habitantes que se conoce por sus industrias de muebles y de vino. Fue como mi cuarto o quinto viaje, pero nunca había tenido tiempo para conocer Gramado, una ciudad pequeñita, distante unos 40 Km y que es la joyita del turismo en esa zona, lo que en Brasil es mucho decir para una ciudad sin playas!

Gramado es una ciudad donde la principal industria, por lejos, es el turismo, donde se cuentan más de 100 restoranes y alrededor de 11 mil camas en hoteles y posadas, todo esto para una ciudad de unos 30 mil habitantes.

Podríamos resumir los atractivos de Gramado en 3: El paisaje. Está en el medio de la zona montañosa del sur, con valles como el de Quilombo (en la foto), que tuvimos la suerte de ver en un día absoluta e inusualmente despejado para el mes de julio. Por ahí leí también en una revista que comparaban a Gramado con Salzburgo, por su arquitectura de líneas alemanas, por el lago que hay al borde de la ciudad (bonito, pero pequeño) y por el frío del invierno, especialmente en las pocas ocasiones en que cae nieve y dura lo suficiente para brindar al turista un paisaje blanco.

En segundo lugar está el comercio. En general es bastante caro, pero hay mucho comercio repartido en las dos o tres calles principales. Tiendas de muebles (espectaculares), de lámparas, de tejidos (al más puro estilo de La Ligua, y de hecho nos dijeron que muchos están hechos con lana importada desde Chile) y ropa en general y de chocolates. Mención especial merecen los chocolates, que sí tienen un gustito suizo o belga más que latino (nada que ver con los chocolates de Bariloche, por ejemplo) así que doy por completamente aprobados los chocolates.

Y en tercer lugar tenemos a la gastronomía de Gramado. Para quienes gustan de comer rico y abundante, este es el lugar! En general todos los restaurantes tienen el sistema de tenedor libre (que además es más barato aunque uno no lo quiera y prefiera un solo plato). Las especialidades son las pastas y el fondue. Todo un capítulo aparte son los Cafés Coloniales, que son como unas onces alemanas del sur de Chile multiplicadas por 25. Deliciosas, pero es razonablemente imposible probar todas las cosas que incluye, a menos claro, que uno esté dispuesto a salir rodando.

A 7 Km de Gramado está Canela, una ciudad más pequeñita, que dicen que es muy linda, pero que en realidad tiene dos atractivos principales: la cascada y la iglesia. La cascada está en el Parque Caracol, que también está a algunos kilómetros fuera de la ciudad. Ahí, está la alternativa de entrar al parque y bajar a un mirador o, un poco más adentro, tomar el teleférico que también acerca algo a la cascada. En realidad es bastante bonita y, como fuimos poco antes de la puesta de sol, las luces y sombras del lugar creaban un entorno bien bonito.

Y todo esto en apenas 2 días!! Pero lo mejor de este fin de semana fue, lejos, que no estuve solo ;-)