
Pero en esta escena de felicidad se esconden dos personas muy vulnerables y la intensidad de su relación, en lugar de protegerlos, sólo consigue desencadenar su adicción al alcohol. Así, sus vidas se quiebran y sus sueños se evaporan. La historia de amor que comenzó como un romance frívolo y casual, pero que prontamente los llenó de alegrías, ahora se convierte en una tragedia y tiene un futuro incierto.
En una obra que comienza con tintes de comedia y termina en un profundo drama, que captura al espectador y lo sumerge en esta tormenta de emociones, el gran mérito es de Mónica Godoy y Alvaro Rudolphy que hacen un trabajo magistral. Dirigidos por Cristián Campos, logran una complicidad total sobre las tablas y te sorprenden con la naturalidad de sus expresiones y te conmueven con la intensidad -y contenido- de sus diálogos.
Rudolphy nos muestra al principio un personaje un poco torpe y superficial, pero que luego demuestra ser muy fuerte y compasivo. Mónica, en tanto, comienza como una chica ingenua y triste que intenta convertirse en mujer, pero la debilidad de su carácter se lo impide, subordinándose primero a su pareja y después, a su adicción.
Imperdible.
Días de Vino y Rosas está en cartelera en el Teatro Mori Vitacura. Detalles en http://bit.ly/cU7WHQ
PS: Mi señora dice que Rudolphy está muy guapo. Yo digo que la Mónica Godoy, además de ser una tremenda actriz, es realmente linda. Otra razón para ver la obra ;)
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