lunes, 8 de septiembre de 2008

Mi sugerencia a la Presidenta: un cambio radical (y fuera de cualquier parámetro chileno)

Tengo 33 años y puedo decir que por segunda vez en mi vida me estoy interesando en la política. La primera vez fue hace más de 20 años, justo antes del plebiscito que nos devolvería la democracia. Y por qué ahora? Porque parece que como país necesitamos un cambio, no creo que tan dramático como el de hace 20 años, pero necesitamos un cambio importante.

Uno podría decir que la educación está mal, que la economía no despega, que el Transantiago... ni hablar... pero hoy por hoy creo que el cambio más importante viene por el lado de las personas. Hay que cambiar a los políticos!! Estos políticos que son los mismos que protagonizaron el retorno a la democracia y que 20 años después están ahí todavía, totalmente agotados. Hace 20 años tenían una gran motivación y una clara visión de futuro para el país. Hoy no, hoy la gran motivación es mantenerse en el poder, simplemente por tener el poder. Y la oposición no aporta mucho, ya que da la sensación de que quieren ganar para tener el poder y para que los otros no lo tengan. Y quién se preocupa por el país? Mmmmmmm...

Eduardo Engel por ahí parafraseó a Clinton: "Es la política, estúpido!"

A mi me gustaría que los políticos, de una vez por todas, dejaran de ser cabros chicos. Unos dicen "la pelota es mía y si quiero me la llevo pa' la casa" y los otros lo único que hacen es perseguir la dichosa pelotita, pero la persiguen como esos perros que se persiguen la cola!! A mi me gustaría que los políticos, de una vez por todas, SE PREOCUPARAN DE GANAR EL PARTIDO!!!

Voy a ir a un ejemplo super contingente (y a estas alturas bastante aburrido): el Transantiago.

Pareciera que el gobierno ya tiró la esponja (y bueno, eso no es solo en lo contingente al Transantiago) y parece que tanta búsqueda de financiamiento es más para ganar tiempo y endosarle el problema al gobierno siguiente (que parece... parece... no va a ser de la Concertación), que para arreglarlo de verdad. Por otro lado, la Alianza lo único que está haciendo es aportillar todo lo que diga el gobierno, negándose a todo, sin grandes argumentos tampoco, simplemente negándose. Parece un callejón sin salida...

Qué haría yo? Si fuera la Presidenta (y gracias a Dios que no lo soy) daría una señal inequívoca de liderazgo, inédita, innovadora y desconcertante: le daría el Ministerio de Transportes a la Alianza. No sé a quién específicamente, pero la Alianza siempre ha dicho que tiene gente más que calificada y no creo que ahora vaya a desdecirse. Trabajo en equipo se llama esto.

Hasta ahora, el gobierno claramente no ha dado -ni parece que vaya a dar- con la solución, entonces por qué no probar dándole la oportunidad a la Alianza, sobre todo si es que ellos creen que lo harían bien? Y la Alianza no podría negarse... Cómo le explicarían al país que no les interesa aportar desde adentro a la solución de los problemas? Quién votaría por la Alianza después de esa negativa? Yo, al menos, no...

Y si aceptan? Si aceptan, gana el país. Desde un punto de vista político, esta propuesta es absolutamente inaceptable, pero justamente por eso es tan buena! Porque rompe con los paradigmas de la política de los apernados. Porque genera competencia en igualdad de condiciones. Y si mal no recuerdo, algo así como el 90% del planeta cree que la competencia es algo bueno. Y competencia es algo que nos falta en la política chilena, pero ni siquiera voy a entrar en el tema del binominal.

Entonces, vamos viendo. Si este hipotético Ministro de Transportes de la Alianza consiguiera mejoras significativas en el Transantiago, todos ganamos. El ciudadano gana porque mejora su calidad de vida. El gobierno gana porque se gana el respeto de la ciudadanía al demostrar que estuvo dispuesto a todo por el bien del país. La Alianza gana, porque finalmente dan una prueba fehaciente de que son competentes y merecen ser considerados como alternativa de gobierno.

Pero, y si no resulta? Si este hipotético Ministro falla? En primer lugar, yo esperaría que si el gobierno tomó una medida tan desesperada, al menos se preocupará de evitar un boicot, que sería demasiado evidente ante el país, por lo tanto, me inclino a pensar que si falla es porque no se la pudo. Y en este caso, aunque parezca difícil de creer, el país también gana. Claro, el Transantiago sigue funcionando mal, pero el país maduró. Por un lado, los ciudadanos ya habremos visto a los dos gallos en la cancha y, por lo tanto, tendremos más y mejor información para votar en las próximas elecciones. Pero más importante aun, el país habrá dado un paso más en el camino a terminar con las mezquindades de la política y a darse cuenta que la pega la tienen que hacer los que saben y no los que se eligen por "dedocracia" o porque el sistema binominal reparte los cupos sin ponerlos a competir realmente.

Este ejemplo del Transantiago es uno y seguro hay muchos más. No estoy diciendo tampoco que la Presidenta tenga que llenarse de Ministros de la Alianza, pero sí estoy diciendo que, como país, tenemos que ser más atrevidos. Responsables, pero atrevidos. Pensar en el futuro más que en cuidar los intereses de una clase política -de todos los colores- que tiene capturado al país. Tenemos que ser más innovadores y, por cierto, más competitivos, incluso en la política.

Después de todo... "es la política, estúpido!"

No hay comentarios.: