sábado, 17 de enero de 2009

Bar Metropolitana

Varias veces había pasado por fuera del Metropolitana, pero nunca con ánimo o tiempo de entrar.
Curiosamente, está ubicado a pasos de la casa de mi mujer antes de casarnos, época en la que habría sido super práctico tenerlo.

Y anoche, aprovechando que los hijos andaban cada uno por su lado, decidimos pegarnos el pique (ahora nos queda harto lejos de la casa) al Metropolitana. La primera impresión al pasar por fuera en el auto fue de poca gente y nos preguntamos si realmente tendría onda. Después nos enteramos que -aparentemente- por las vacaciones de verano ha bajado el público. Ahora, para ser sinceros, la poca gente tampoco es del todo mala, ya que la atención fue bastante dedicada y el ruido ambiente era casi cero.

La ambientación es bastante sencilla, nada ostentoso (aunque no subimos al segundo nivel), pero acogedor no es una palabra que usaría para describir el lugar. Llaman la atención las mesas de acero inoxidable con las patas remachadas, pero que no cojeaba. Las sillas, por su parte, eran super cómodas.

Comenzamos pidiendo un par de tragos. Mi mujer pidió un pisco sour especial de la casa, con un "shot" de jugo de naranja en vez de amargo de angostura, dando un resultado bastante sabroso. Yo fui más arriesgado y pedí un Vodka Metropolitana, preparado con hielo frappé, jugo de limón, syrop de gengibre y menta. Para los amantes del vodka, es como tomarse un mojito en versión nórdica. Muy refrescante, de hecho.

El picoteo partió con una Tortilla Metropolitana, una tortilla de papas no muy parecida a la tradicional tortilla española. Rica de todas formas. El otro picoteo fue el Tártaro de Salmón, que consistía de cubitos de salmón -organizados en tres montoncitos en el plato- mezclados con un poco de cebolla finamente picada y un poco de mostaza tradicional. Realmente delicioso, el mejor sabor que probamos en la noche.

Mención aparte merecen los dips -salsitas para acompañar las típicas rebanadas de pan del aperitivo- que sirvieron. Tres veces tuvieron que hacernos el "refill" y cada vez llego un dip distinto, pero todos deliciosos.

Terminamos la incursión pidiendo dos postres -de los tres que ofrece la carta-, un Crocante de Manzana y una Trilogía de Chocolates. Este último fue la decepción de la noche. Compuesto por trocitos de brownie de chocolate, mousse y una salsa de chocolate blanco, ninguno de los tres alzanzó el mínimo de un fanático del sabor. El Crocante de Manzana, en cambio, estaba delicioso, realmente crocante y perfectamente acompañado con helado de vainilla. El café express también decepcionó porque les quedó un poco quemado.

Para resumir, el menú ideal habría sido el Vodka Metropolitana, con el Tártaro de Salmón y el Crocante de Manzana de postre. Nada muy abundante para los que acostumbran comer grandes cantidades, pero muy bien para los que ya nos estamos acostumbrando a comer porciones más "gourmet", cosa que aprovecho de recomendar por cierto, mejor privilegiar calidad que cantidad.

El Metropolitana está en el tradicional Barrio Yungay en el centro antiguo de Santiago, en Huérfanos 2897. Fono 6820700.

lunes, 12 de enero de 2009

BlackBerry Pearl: Resistente al agua


Este aparatito es una maravilla. Y ya no sólo estoy hablando de todo lo que puede hacer: e-mail, internet, agenda, juegos y teléfono, por supuesto. Resulta que también es resistente al agua.

El sábado en la noche, fui al cumpleaños de un amigo a la Maison de France, que, entre paréntesis, estuvo muy entretenida. Pero a eso de la una y media de la mañana, después de cantar el cumpleaños feliz decidimos tirarlo a la piscina. Pues bien, lo tomamos, lo cargamos (yo iba adelante cargándolo de una pierna), nos preocupamos de sacarle la billetera, celular y cuanta cosa tuviera en los bolsillos, y cuando llegamos a la piscina los "paleteados" que venían más atrás empujaron nomás, tirándome al agua con el festejado. Obviamente yo llevaba mis cosas en los bolsillos, entre ellas la BlackBerry.

Fue casi un acto reflejo tomarla y sacarla del agua, me salí rápidamente -empapado- de la piscina y vi que la pantalla estaba colapsada. Saqué la batería y la agité para sacarle el "exceso" de agua. Después, bueno... estrujé mi camisa, me saqué los zapatos (de los cuales cayó una cascada de agua), los calcetines y como no tenía muda de ropa -a diferencia del festejado, cuya mujer tomó esa precaución- nos tuvimos que ir a la casa.

Ya en casa, saqué el chip y la MicroSD, tomé el secador de pelo y estuve un buen rato secando el teléfono. Y así lo dejé descansar hasta media tarde del domingo. Sin muchas expectativas coloqué el chip, la tarjeta y cruzando los dedos puse la batería... y prendió. Perfecto! Solamente quedaba un poquito de humedad en la pantalla, así que la dejé al sol otro rato más y ahora ya no tiene nada. Incluso parece que está más limpia, la pantalla se ve más nítida!!

Así que si a alguien le sirve el dato, si alguien cae a la piscina con su BlackBerry, ya sabe lo que tiene que hacer!!

domingo, 4 de enero de 2009

Restaurant Miraolas


Hace tiempo que no salía a cenar con mi esposa, y eso que nos encanta. Para ponernos un poco al día, fuimos al Restaurant & Marisquería Miraolas. En realidad yo ya había ido otra vez antes, hace un par de semanas, a celebrar los 50 años de un compañero de la oficina. Como me gustó, me pareció una buena alternativa para ir ahora, especialmente que a mi mujer le encantan los productos del mar.

Primer dato: reservar con anticipación. Por suerte lo hice, porque al llegar estaba bastante lleno. Parece que está de moda. De hecho el lugar es bastante apretado, o sea las mesas están bien cerca unas de otras, lo que hace que sea un poco incómodo y, por cierto, queda descartado inmediatamente para cualquier cita romántica.

Como plato de entrada comenzamos pidiendo, para compartir, una de las especialidades de la casa: pulpos a la gallega. El plato hace honor a su condición de "especialidad" porque estaba verdaderamente bien preparado (a la plancha, con mantequilla y algunas especias, acompañado con papas al vapor), con una textura y sabor que probablemente lo convirtieron en el mejor plato de la noche.

Desde la entrada acompañamos con vino, en esta ocasión un Veramonte Chardonnay, muy aromático y de gusto bastante frutoso, que resultó ser un muy buen compañero para el resto de la cena.

De fondo pedimos lenguado, pero con preparaciones diferentes. Yo, con alcaparras, y ella, a la mantequilla clarificada. Los dos acompañamos con champiñones y resultó un conjunto muy sabroso. Finalmente, el postre siempre es un asunto complicado, sobre todo cuando uno está en un restaurant que no conoce y, más encima, cuando le pregunta al garzón, éste responde que no hay ningún postre que se destaque... mmm... un poco a la suerte pedimos el panqueque -también para compartir- y nos fue bien. No tenía nada de nuevo, panqueque con manjar y helado, pero estaba bien hecho. Resultó notorio que el helado de vainilla era artesanal y, por cierto, muy sabroso.

Iré de nuevo? Es posible, pero me gustó más para almorzar con compañeros de oficina que para cenar con mi mujer. Es una cosa de ambiente más que nada, porque la cocina es buena.

Madonna: Sticky & Sweet Tour

De nuevo me encuentro escribiendo casi con un mes de atraso. Esto no va a funcionar si sigo así... ok, me comprometo a que no pase de nuevo, pero no puedo dejar de escribir que fui al concierto de Madonna y que estuvo espectacular.

Lamentablemente solo tuvimos presupuesto para ir a Andes, pero definitivamente habría valido la pena pagar cancha vip. Pero bueno, como ya no sirve de mucho contar algo que pasó hace un mes, solo resumo: buenísimo, Madonna no es una gran cantante pero es una show-woman increíble, con tecnología de última generación (esa que no se pasea por Chile habitualmente) y con un despliegue escénico único.

Y si Madonna vuelve a Chile... pagaré cancha vip.