miércoles, 22 de abril de 2009

Fin de semana largo en Buenos Aires

Buenos Aires es una maravilla. Sobre todo en un fin de semana cualquiera (justo después de Semana Santa) cuando no está lleno de turistas chilenos y se puede disfrutar tranquilamente de todo lo lindo y entretenido que tiene la ciudad.

Fueron cuatro días de caminatas, obras de teatro, restoranes, descanso, desconexión e incluso un poco de shopping: una maravilla.

Esta fue mi tercera vez en Buenos Aires, pero no por eso tuve menos panoramas y rincones que conocer, porque en realidad la ciudad es lo suficientemente grande para tres fines de semana y muchos más.

Caminar por Florida ya es toda una aventura. Entre la multitud de argentinos, brasileños, chilenos y también gringos y europeos, más las decenas de vendedores que salen de las tiendas para ofrecerte cuanta fábrica de cueros, sweaters, zapatos y casas de cambio hay por ahí. Por suerte Florida es un paseo peatonal, porque en todas las otras calles las veredas son bastante estrechas, haciendo que el centro en general sea un poco hostil con el peatón. Pero si uno anda de shopping ahí encuentra de todo, incluso algunas tiendas más pitucas dentro de las Galerías Pacífico. Lamentablemente los precios no nos acompañan, porque en general Buenos Aires está caro o, en el mejor de los casos, igual que en Santiago, salvo por los libros, cd's, taxis y restaurantes, que siguen siendo bastante más baratos.

Los parques de Buenos Aires también son una maravilla. Enormes, verdes e interminables, entre Recoleta y Palermo. Para caminarlos una y otra vez o para recorrerlos en bicicleta (que no encontramos para arrendar) al sol en los espacios abiertos o a la sombra entre los árboles, según el gusto del paseante. Esta vez no entramos al Jardín Japones o al parque de las rosas, pero para quien no los conoce bien vale la pena recorrerlos en alguna ocasión. Sí cruzamos el Jardín Botánico, donde la mayor sorpresa fue la tremenda cantidad de gatos que rondaba. La explicación? La gente les da de comer y por eso se quedan y viven y se reproducen ahí... y ya no los saca nadie. Lindo, pero no imperdible.

La comida en Buenos Aires también es un siete. Nos equivocamos dos veces, cuando quisimos almorzar en una cafetería que ofrecía platos algo sofisticados y en un restobar de Puerto Madero. Claramente la cafetería era para café con medialunas y el restobar era para traguitos y picoteo, pero las otras comidas estuvieron "divinas" como dirían los mismos porteños, aunque vale la pena decir que todas ellas consistieron de algún tipo de pastas o pizza, claramente las especialidades de la ciudad. La otra especialidad, las carnes, en este viaje no formaron parte del menú. Restaurantes como "Bella Italia" (Palermo) son imperdibles y otros como "Sottovoce" (Retiro) merecen de todas maneras ser probados. También pasamos por "Francesca" (Galerías Pacífico) y "Il Gatto" (Corrientes), más masivos, pero no por ello menos sabrosos.


El barrio La Boca fue una de las novedades de este viaje. No lo conocíamos ni mi mujer ni yo. Así que nos aventuramos caminando desde Puerto Madero hasta Caminito, en un paseo que puede resultar bastante feo sobre todo en los alrededores de La Bombonera. Al final, el sector de Caminito, que es la atracción del barrio, tampoco es una gran maravilla, pero es simpático ver las casas con sus fachadas de colores, con sus terrazas y hasta la calle abarrotadas de mesas para que los transeúntes paren a tomar un trago, comer algo y miren a las varias parejas que bailan tango en alguna de las tarimas que han habilitado. Los más osados pueden tomarse fotos con los bailarines en poses de tango y los aun más atrevidos pueden incluso arriesgarse a mostrar el bailarín que llevan dentro.

Y no puedo dejar de mencionar los espectáculos que se exhiben todos los días. Incontables! Y llenos incluso en noche de domingo. Fuimos a ver dos, muy distintos, pero cada uno excelente en su propio estilo. "Baraka" es un drama de cuatro viejos amigos que se reencuentran, cada uno con su problemática específica en este momento, pero que logran mezclar con momentos de intenso humor, todo gracias a las soberbias actuaciones de los 4 protagonistas. Mención más que honrosa para la invitada especial, una bailarina rusa que tres de los amigos contratan para que le haga un striptease al otro, que está de cumpleaños.

La otra obra se llama "Arráncame la risa" y es un show tipo revista, con humor, monólogos, sketches, cantantes y vedettes. El hilo conductor del show lo lleva el humorista Nito Artaza que, como es costumbre, aprovecha de reirse de todas las barbaridades que están sufriendo sus compatriotas. En el humor lo acompaña Gladis Florimonte con unos personajes geniales y en el canto, Valeria Lynch y Chico Novarro, desconocidos para mi, pero aparentemente de tremenda trayectoria en Argentina. Así lo demostraron los aplausos y el simple hecho de que cantaron fantástico. En el baile estuvieron Flavio Mendoza con su ballet (unas bailarinas estupendas y no sólo por lo bien que bailaban) y como vedette, Pamela David, a quien nominé oficialmente como mi argentina favorita. Ella también participa en un par de sketches y hace una imitación bien divertida de la Bolocco, divertida por el sketch en sí y por lo divertido que resultó para nosotros escucharla imitando el acento chileno, cachai?

Buenos Aires hay para rato.

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