domingo, 1 de febrero de 2009

Bar Restaurant Opera Catedral

Este fin de semana vino mi madre a visitarnos. La invitamos porque la semana pasada estuvo de cumpleaños y no la pudimos ir a ver a su casa. Como corresponde, el sábado en la noche la llevamos a cenar. La idea era llevarla a algún lugar con onda, algo de estilo novedoso para ella y elegimos el Catedral.

El lugar tiene onda por donde se le mire, la tenue iluminación y los colores que se producen, las sillas de metal y cuero, la música, la terraza en la azotea y la exótica garzona haitiana, que te habla con un exquisito acento franco-caribeño.

Habíamos reservado en la terraza, porque todo el restaurant es para fumadores -quizás lo único significativo que no me gustó-, pero como corría un poco de viento preferimos bajar al salón del segundo piso (en el primer piso funciona el restaurant Opera, que también es muy bueno, pero eso será tema de otro post). Por cierto, siempre es conveniente reservar, porque a las 22.30 ya no quedaba ni una sola mesa disponible, y eso que este fin de semana era de recambio de vacaciones y había el doble de gente fuera de Santiago: los que estaban saliendo de vacaciones y los que estaban por volver.

Comenzamos, entonces, pidiendo de aperitivo Machas y Pulpo (que son un solo plato) con una botella de ensamblaje Santa Ema (Barrel Select, 60% Cabernet y 40% Merlot). Las machas a la parmesana eran deliciosas y el pulpo, si bien no estaba lo blando que uno desearía, estaba muy rico también. El vino, que nos acompañó durante toda la cena, complementaba muy bien, a pesar de sentirse un poquito ácido, me imagino que por la parte de merlot.

De fondo, mi mamá pidió una Corvina Catedral, que era como "a lo pobre gourmet". Una base de papas fritas -sabrosas y crujientes, pero evidentemente fritas en manteca- sobre la cual estaba el trozo de corvina, coronada con un huevo pochado con toques de merkén, todo acompañado con un poco de cebolla frita. Mi mujer, que, como siempre, se veía guapísima, comió el Rigatoni Maxi. No lo probé, pero la carta dice que está relleno con ricota atomatada y pasta de champiñones. Yo pedí el Filete con Risotto, donde el medallón de filete -que pedí preparado a tres cuartos y llegó más bien cocido- era acompañado por el risotto de higos secos y leche de coco. No podría decir que es un plato agridulce, pero resultó una combinación super entretenida, destacando que el risotto estaba bien preparado, cuando normalmente es un plato difícil de cocinar.

El postre decepcionó un poco. Mi mujer pidió el Crocante de Chocolate, relleno de almendras y avellanas. Debe haber estado rico, porque no es fanática del chocolate, especialmente en los postres, y lo saboreó todo. Nosotros nos arriesgamos con la crème brulée y perdimos. Tal como he contado antes, es uno de mis postres favoritos y le exijo harto. Esta, sin tener mal sabor, estuvo más cerca de reprobar que de aprobar: le faltó consistencia -muy líquida- y le faltó soplete al caramelo.

Finalmente, el café también me desilusionó. ¿Por qué cuesta tanto encontrar un buen café express? Es muy frecuente encontrar que sale un poco quemado (o a veces mucho). Este estaba solamente un poco quemado, pero lo suficiente para no sacarse un 7.

Pero la mala suerte con el postre y el café no empañan una cena que resultó tremendamente agradable, con comida sabrosa y bien preparada, y tuvimos la buena suerte de que había poca gente fumando a nuestro alrededor. La cuenta fue razonable para 3 personas, pero sin olvidar que no tomamos aperitivo y solo tomamos una botella de vino. Original fue que junto con la carta habitual del restaurant, nos entregaron un díptico con la carta de tragos "en crisis" donde originales tragos combinaban con originales nombres, como "Down Jones" y otros.

El sitio web www.operacatedral.cl es muy completo y ahí se puede ver la carta completa, un plano de ubicación e incluso la cartelera con algunos eventos que ahí se realizan.

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